En nuestra feria son habituales las catas, en la última edición se cataron cerca de 500 kg de tomate, alguna de estas catas son guiadas, otras sensoriales, otras científicas… y también hacemos catas para el gran público en las que simplemente desfrutamos del sabor de alguna variedad antigua… pero, ¿los tomates también se catan?
Catar un tomate, al igual que catar vino o cualquier otro producto alimenticio, es un proceso que implica todos los sentidos y tiene como objetivo apreciar todas las características que hacen única a cada variedad de tomate. Aquí tienes algunos pasos a seguir para catar un tomate:
- Observación visual: Mira el tomate. Nota su color, tamaño y forma. Un tomate maduro tendrá un color brillante y uniforme, sin manchas ni decoloraciones. La piel debe estar firme, sin grietas ni arrugas.
- Tacto: Siente el tomate. Debe ser firme al tacto, pero no duro. Un tomate demasiado suave puede estar demasiado maduro.
- Olfato: Huele el tomate. Debe tener un olor fresco y ligeramente dulce. El olor a «hoja de tomate» es muy característico y suele ser un indicativo de un buen tomate.
- Gusto: Finalmente, prueba el tomate. Muerde un pedazo y nota el sabor y la textura. Un buen tomate tendrá un equilibrio entre dulzor y acidez, con una textura jugosa pero firme. Tómate un momento para saborearlo antes de tragar.
Recuerda, la cata es subjetiva y depende de las preferencias personales. Lo que a una persona le puede parecer delicioso, a otra puede no gustarle. Por lo tanto, lo más importante es disfrutar del proceso y encontrar los tomates que más te gusten a ti.
Espero poder acudir este año. Soy una fan de las variedades de tomate antiguo. Y me encantaría conseguir semillas para cultivar alguna de esas maravillosas variedades