Cada año, la Feria del Tomate Antiguo de Polanco se convierte en un punto de encuentro imprescindible para quienes creen en la agricultura con alma, la biodiversidad cultivada y el valor de las semillas tradicionales. Y entre las decenas de variedades que llenan de color y aroma esta feria cántabra, alguna se repite siempre en nuestra gran final, es especialmente recurrente el Tomate Zaragozano
Este pequeño gran tomate fue nuestro primer campeón, repitió final en el 2023 y se lo puso realmente difícil al jurado en 2024 aunque esta vez tampoco consiguió llevar el primer premio… ¡veremos que tal le va el 2025!
Originario de las huertas del valle del Ebro, este tomate es un verdadero superviviente. Criado a partir de semillas conservadas por generaciones de hortelanos y hortelanas de Zaragoza y alrededores, se ha ganado un lugar especial en la cocina local por su sabor intenso, su carne carnosa y su equilibrio perfecto entre dulzor y acidez.
Pero su presencia en Polanco no es casual. Es un ejemplo del puente que tiende esta feria entre regiones, climas y culturas agrícolas. El tomate zaragozano llega al norte no solo como un producto, sino como una historia viva de cultivo tradicional, resistencia al olvido y compromiso con la soberanía alimentaria.
La feria, que celebra cada mes de agosto la riqueza genética del tomate y la sabiduría de quienes lo cultivan, es también un espacio de intercambio de semillas y experiencias. Aquí, el tomate zaragozano se encuentra con decenas de otras variedades antiguas de toda España, compartiendo un mensaje claro: otro modelo de alimentación es posible, más justo, más sabroso y más humano.